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Responsables médicos y en regulación: las ‘biotech’ españolas pugnan por los nuevos perfiles ejecutivos

El ecosistema de la salud en España crece en número de empresas, pero todavía no cuenta con una amplia oferta de altos ejecutivos especializados en ámbitos como la regulación o el desarrollo de negocio. Para suplir esta carencia, la industria acude al extranjero.

Albert Cadanet

14 oct 2019 - 04:58

Responsables médicos y en regulación: las ‘biotech’ españolas pugnan por los nuevos perfiles ejecutivos

 

El biotech se ha consolidado como uno de los sectores más dinámicos de la economía española durante los últimos años. En 2017, el sector vio nacer 62 nuevas empresas (una cada seis días) y generó 2.400 puestos de trabajo, un 10,6% más respecto al ejercicio anterior, según el informe Situación y tendencias del sector de la biotecnología en España 2018, elaborado por la Asociación Española de Bioempresas (Asebio). Sin embargo, el sector aún debe importar talento para afrontar un entorno que cada vez es más maduro y que está llamado a ser uno de los grandes catalizadores a escala europea en el ámbito de la ciencia.

 

Las carencias no están en la investigación, sino en las áreas corporativas como la comercial o regulación. “Nos faltan emprendedores que tengan experiencia como directores médicos o consejeros delegados en otras compañías con éxito”, señala Jordi Naval, director general de Biocat, la entidad que impulsa el ecosistema de la salud y las ciencias de la vida en Cataluña. Para el directivo, “no se trata de un gran problema, aunque es una limitación que debemos suplir”. De hecho, Naval puntualiza que es “un déficit endémico en Europa” que también se dio en su momento en ecosistemas como Boston, ampliamente consolidados a día de hoy.

 

Los perfiles más buscados en España proceden, principalmente, de dos ámbitos: regulación y desarrollo de negocio. “La mayoría de empresas ya poseen un producto desarrollado, por lo que deben incorporar a especialistas para poder distribuirlo y comercializarlo”, indica Fàtima Amat, responsable en Barcelona del área farmacéutica de Robert Walters, una consultora especializada en el reclutamiento de profesionales con sede en Londres.

 

 

Estos perfiles responden a las famosas siglas de CMO (Chief Medical Officer) y CEO (Chief Executive Officer), dos figuras vitales que sirven de nexo entre inversores y equipo científico. Desde Robert Walters añaden un tercer perfil, el Medical Scientific Liaison (MSL), la persona encargada de establecer relaciones médico-científicas de confianza con los profesionales sanitarios.

 

Captar este talento es fundamental para el ecosistema, pero no es una tarea fácil. Para Jordi Naval, de Biocat, uno de los principales drivers es el salario. En este sentido, España todavía se encuentra un peldaño por debajo de otros países del centro y el norte de Europa. “Los sueldos de los altos ejecutivos en el sector biotech en España pueden llegar a ser un 30% inferiores en comparación con otros mercados”, matiza Amat.

 

Sin embargo, el potencial de un proyecto y el atractivo de una ciudad pueden ser incluso más determinantes para que un profesional escoja un destino como Barcelona, el ecosistema más dinámico en España. Estas son las razones que motivaron la llegada de Laurent Nguyen, consejero delegado de Bionure, a la capital catalana. El directivo, que ha ocupado distintos cargo de dirección en multinacionales como Roche o Merck, señala que su elección fue precisamente “una cuestión de proyecto”. “Antes de trasladarme, estaba valorando mi llegada a otros países; al final eliges el reto más atractivo”, añade. Por otra parte, también destaca la “visión internacional” del ecosistema barcelonés y el clima.

 

 

Nguyen es todo un veterano de la industria farma, un perfil más bien infrecuente en España. Para Fàtima Amat, los directivos que llegan a España procedentes de otros países “son gente más joven y con pocas cargas familiares”. “Ciudades como Barcelona tienen encanto, y algunos están dispuestos a reducir un poco su nivel salarial para coordinar un proyecto atractivo”, agrega esta experta.

 

Que un grueso destacado de la también denominada C-level people provenga del extranjero no supone ningún problema, más bien lo contrario. “Nosotros lo vemos como una oportunidad; eso nos permite crecer y, a la vez, ser un polo de captación de talento”, valora Naval. Para Nguyen, además, “el talento es cada vez más internacional”.

 

Aunque el ecosistema biotech español es relativamente joven, el país ha tenido tiempo para producir figuras que se adaptan a estos perfiles ejecutivos. Uno de ellos es Xavier Sansó, responsable financiero de Metrix Partners y exdirectivo de empresas vinculadas a la salud con sede en Estados Unidos. Para Sansó, la falta de profesionales con este perfil responde a una “maduración del ecosistema” y a la competencia entre biotechs y grandes farmacéuticas, una lucha donde las segundas cuentan con más recursos para captar talento.

 

 

Sin embargo, Sansó también apunta que el sector ha sufrido una fuga de cerebros “espectacular”. “Se produce una situación donde formamos a profesionales de primer nivel que luego hacen carrera en el extranjero, donde se les valora y se les paga mejor”, dice el directivo. “La única manera que tienen estas personas de reengancharse al ecosistema local pasa por la creación de start ups”, sentencia.

 

De cara a los próximos años, los expertos coinciden que el colectivo de C-level people españoles va a aumentar por la propia inercia del sector biotech. Por otra parte, también exigen un mayor esfuerzo, tanto de la Administración pública como de las empresas privadas para retener el talento y seguir captando inversores.