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Cinta Pascual (Acra): “El sector está parado, no se ve el entusiasmo que había hace un año”

La presidenta de la Associació Catalana de Recursos Assistencials (Acra) considera que el sector de atención a personas mayores y dependientes está “parado” y la concentración empresarial no es la misma que hace un tiempo atrás.

A. Escobar

22 jun 2023 - 04:58

Cinta Pascual (Acra): “El sector está parado, no se ve el entusiasmo que había hace un año”

 

Cinta Pascual, diplomada en Trabajo Social por la Universitat de Barcelona, es también presidenta del Círculo Empresarial de Atención a Personas (Ceaps), además de gerente de L’Onada Serveis. La presidenta de la organización empresarial, que agrupa al 70% de las entidades de recursos asistenciales para personas mayores en Cataluña, opina que la profesión no es del todo “atractiva” porque existe una “gran presión asistencial”. Pascual, además, cree que la inversión del Estado no llega al 20% y que esta cifra debería alcanzar como mínimo el 33%.

 

 

Pregunta: Acra ha firmado un acuerdo con la Generalitat catalana para mejorar la calidad de los servicios dirigidos a las personas mayores y en el que piden mejorar la sostenibilidad del sector. ¿Considera que no es sostenible el modelo actual? 

 

Respuesta: El modelo actual no es sostenible porque no tenemos el personal necesario para poder trabajar en las mejores condiciones. Los salarios tampoco están a un nivel adecuado. La profesión no es del todo atractiva que podría y existe una gran presión asistencial. Necesitamos una mayor flexibilidad, sobre todo con con los horarios.

 

P.: ¿El sector de la dependencia está en las mesas de debate de las administraciones?

 

R.: Observamos un cambio respecto a año atrás. Por lo menos son conscientes de que no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera. Son necesarias más ayudas para los usuarios, prestaciones económicas más amplias y llevar a cabo un buen análisis o un estudio de costes que certifique la actualización de los precios de los servicios gestionados por parte de las entidades proveedoras de la red de servicios de atención pública. Exigimos desde hace años más indicadores y una mejor planificación.

 

P.: ¿Datos para monitorizar el trabajo?

 

R.: Para saber qué sucede exactamente. Hay comunidades donde la lista de espera supera las 20.000 personas. Cuando los indicadores están fuera de control, dejamos de planificar y ver realmente qué queremos cambiar.

 

 

 

 

P.: Acra también reclama equiparar con el sistema público las condiciones laborales de los profesionales que trabajan en modelos concertados o privados. ¿Están mal pagados?

 

R.: Lo están. La sociedad tiene que entender que necesitamos buenos cuidadores y que queremos mejorar el sector. No puede ser que, por culpa de salarios bajos, haya gente que no se quiera dedicar a esta profesión. Tiene que haber una mayor financiación de la administración y quizá por parte de la propia persona usuaria.

 

 

P.: ¿El salario es el principal freno?

 

R.: El salario no es el único freno. Se trata de una profesión de sentimiento, puramente vocacional, pero las condiciones se comen la vocación. Conviene rebajar la presión asistencial y mejorar las ratios. Si creemos que el sector funcionará sólo por los salarios, estamos equivocados.

 

P.: ¿El sector de atención a personas mayores y dependientes está infra financiado?

 

R.: Por supuesto. Se han ido asentando algunas líneas u objetivos para mejorar, pero todavía es necesaria una inyección económica de entre 4.000 millones de euros y 5.000 millones de euros por parte del Estado para empezar a hacer las cosas bien. La inversión de la Administración central no llega al 20% y por lo menos tiene que alcanzar el 33%.

 

 

 

 

P.: ¿Los precios en el sector deben subir?

 

R.: Una de las formas de regular el sector son las tarifas. Se requiere una estructura de costes seria y avalada por un órgano competente. El punto de partida deseable es no estar por debajo de 2.500 euros por usuario y plaza. El precio medio en España está en 1.800 euros.

 

P.: ¿El sector corre el riesgo de quedarse sólo como un producto de lujo?

 

R.: Pero ¿dónde está el límite? Hablamos de servicios mínimos, de los esfuerzos en personas que cuidan. En una residencia se tiene que garantizar la calidad de manera indiscutible. Habrá que estudiar muy bien los distintos modelos porque al final la mayoría de las personas quieren vivir en sus propias casas.

 

 

P.: ¿Eso trastoca el modelo más tradicional del sector?

 

R.: Las residencias muchas veces son imprescindibles, porque depende de la dependencia que tengas, es muy difícil vivir en casa, así que hay que encontrar hueco para todos. Hay que contar con las familias. Si no partimos de ese respeto, nunca llegaremos a buen puerto. Un equilibrio es lo ideal.

 

P.: ¿Los cambios demográficos van a hacer que aumente el interés inversor por este sector?

 

R.: Los inversores siguen pensando que somos un sector atractivo por el envejecimiento de la generación del baby boom. Pero también hay que ver cómo se financia y aquí es cuando surgen las dudas.

 

P.: ¿Habrá una mayor concentración empresarial o estamos en un momento de stand by?

 

R.: El sector ahora está bastante parado. No veo el entusiasmo que había hace un año o hace dos años.

 

P.: ¿Cuál es el mayor reto del sector en estos momentos?

 

R.: Hacerlo atractivo y de calidad. Hay escasez de profesionales.